PALETA POSTIMPRESIONISTA DE MOVIMIENTO FUGAZ Y BATIENTE

Perteneciente en el devenir de su técnica a la conocida “Escuela de Godella”, Carlos Giner destaca entre uno de los mas jóvenes y encumbrados representantes de este grupo, demostrando ágilmente en su obra la madurez que le es innata. Carlos Giner busca y subsiste frondosas panorámicas descriptivas de rincones regionales, donde el tipismo, la definición de la anécdota y el detalle característico son subrayados en sus tablas.
Es continuo y contundente, realza el desorden acaecido de una inspiración. Advierte y acusa la presencia de la naturaleza, invocando su trazo ante ella en paleta postimpresionista de movimiento fugaz y batiente. Su fijación en este ámbito le conduce a recónditas arboledas, casonas o playas, entregando las facetas de la madre tierra a su inagotable quehacer.
Expresa la misma convulsión de su presencia, el dominio ejercido sobre el ser humano en espontáneas pinceladas de evolución substancial. La transgresión desde su peculiar técnica alza la natura en su continuo devenir y la tierra dominante conforma el protagonismo de la composición en su evolución bajo reducidos celajes expresada como fortaleza magnifica y creciente, la cual se convierte en la impronta de su ejecución.
Capta los interminables efectos pertenecientes al conflicto de los elementos, en los que la figura humana se adapta en una ínfima parte de esa característica e incontrolada alteración. Estas soledades impuestas ante el espectador pueden remitirnos en su realización a las palabras de Pablo Picasso: “La pintura es mas fuerte que yo, siempre consigue que haga lo que ella quiere”. De este modo, es un artista indisciplinado y expresivo desde el objeto del que se inspira y realza su inconfundible código visual. La luz mediterránea surge de este modo integrada en la exaltada y escueta pincelada, al igual que la presencia manifiesta en cada trazo de desolaciones inminentes.
Este surgimiento latente hace posible la incontrolable crudeza dispuesta en su obra y de este modo sus temáticas mas que un paisaje guardan una intima relación con esta incontrolada seguridad, la presencia contenida de cada elemento en el medio pictórico. El alzamiento de este dominio es el planteamiento que el artista pretende en su estética transformadora.
Carlos Giner se define por lo tanto persistente y elocuente, severo e incandescente, palpitante en acciones naturales y originarias; son imponentes horizontes resueltos mediante el estimulo de la pintura.

Beatriz Vázquez.
Revista “Dimens Arts”. Valencia. 15 de febrero de 2004.
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